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Caso documentado por Fanny Rocío Aldana, 2010

La acción colectiva que se presenta a continuación representa la organización de un grupo de campesinos, productores de leche ubicados en la Vereda Bojirque en Ventaquemada, Boyacá, como respuesta a las exigencias legales realizadas por el gobierno nacional en relación con  la venta de leche cruda y la nueva dinámica del mercado de lácteos controlado por la industria láctea.

 

Esta acción colectiva se soporta en el mercado y en relaciones de confianza y vecindad se desarrolló durante 10 años en un periodo comprendido entre 1999 y 2010. Su dinámica responde al modelo de desarrollo neoliberal donde los pequeños productores han tenido que asociarse para generar valor agregado a sus productos y vender grandes volúmenes que sean considerados pro la industria o inevitablemente desaparecer.

 

Los protagonistas son cerca de 300 pequeños y medianos productores de leche sin tecnología en sus procesos de la vereda Bojirque. La Familia Merchán Avendaño, familia tradicional y reconocida por tener el hato más grande y productivo de la zona identificada, propietarios de la Finca los Pinos y del centro del centro de acopio. Y las industrias procesadoras de lácteos (doña leche, Parmalat, Alpina).

 

La Familia Merchán Avendaño, estableció un centro de acopio para la producción de leche de la vereda Bojirque y lugares aledaños, de esta manera generó una opción segura de compra de leche a más de 300 pequeños y medianos productores de la zona, a un precio justo y oportuno, esta relaciones comerciales estaban basada en la confianza, no se establecieron contratos por escrito y la representación de la negociaciones con las industria, eran responsabilidad de Familia Merchán, la familia más tradicional y con mayor capital de la región.

 

Para garantizar la calidad de la leche cruda llevada al centro de acopio se realizaron jornadas de capacitación a los pequeños y medianos productores de leche para la implementación de buenas prácticas de ordeño. La leche enfriada almacenada en el centro de acopio era vendida a la industria procesadora de lácteos, a un precio favorable reconociendo una bonificación por calidad.

 

El 24 de agosto de 2006 el Ministerio de La Protección Social expidió el decreto 2838 de 2006 que prohibió la venta de leche cruda en el país y fijo un plazo de dos años para su cumplimiento, y en este escenario no se encontró ninguna alternativa por parte del gobierno municipal ni del gremio ganadero, para esta fecha la Familia Merchán Avendaño ya había avanzado bastante en este terreno, pero sus vecinos, pequeños productores no tenían las condiciones para cumplir con esta exigencia y corrían con el riesgo de ser sancionados por el incumplimiento de la norma o desaparecer del ámbito productivo. Fue entonces cuando la Finca Los Pinos decidió abrir un centro de acopio para realizar el proceso de enfriamiento de las fincas más productivas de la zona, que en su mayoría tienen ganado normando y criollo; pasando de acopiar y enfriar 1.500 litros por día a 12.000 litros diarios.

 

La finca los pinos inició varias rutas de recolección por la vereda Bojirque y Tierranegra y en el municipio de Samacá agrupando más de 300 productores a quienes se les garantizaba la recepción del producto diariamente, un precio ($500) mayor al local  y el pago oportuno cada quince días, brindando tranquilidad a los productores de la zona. Bajo este escenario, se canceló la venta de leche a las empresas tradicionales y se estableció una negociación con la Empresa Alpina, la cual ofrecía mejores precios por litro de leche enfriado y adicional bonificación por calidad (higiene, composición y sanidad).

 

Adicionalmente, al realizar el análisis de la calidad de la leche de los productores vecinos se concluyó que requerían de la implementación de un programa de buenas prácticas de ordeño el cual fue difundido a través de los miembros de la Familia Merchán Avendaño compartiendo la asistencia técnica ofrecida por Alpina.

 

No obstante, en el año 2009 se empezó a evidenciar una grave situación para el sector lácteo, consecuencia de una sobreoferta de leche y una disminución en la demanda de productos lácteos, generando la caída de los precios de compra y venta, y como consecuencia la interrupción de la recolección de la leche en la región.  La empresa Alpina que recibía 12.000 litros diarios redujo la cantidad de leche recibida hasta tan solo 1600 litros, (la producción de mejor calidad) por este motivo la Familia Merchán Avendaño busco nuevamente otras empresas que recibieran el resto de la producción y angustiosamente siguió comprando leche de los 300 productores manteniendo el precio confiando en que la crisis seria momentánea.

 

Las nuevas empresas de lácteos bajaron los precios y no cumplieron con los pagos, por lo cual el centro de acopio fue cerrado. Así lo expresó Flor Merchán, uno de los hijos de la familia: “la situación se volvió insostenible y a pesar de nuestra buena voluntad, negociamos, pero no llegamos a ningún acuerdo, por eso nos tocó cerrar”.

 

Al preguntar a Fernando Merchán, sobre quien considera es el adversario responde: “primero, el gobierno por las toneladas de importaciones de bienes agrícolas que sustituyen el trabajo nacional por el extranjero y la corrupción que concentra recursos públicos a favor de unos pocos, y segundo adversario la industria láctea que con el apoyo del gobierno vende subproductos de la leche como leche entera como es el caso del lacto suero con el objetivo de abaratar costos de producción”.

 

Actualmente, la Familia vende la producción de su hato a la Empresa Alpina, los demás productores de la zona venden su producción a los fabricantes de queso a un precio muy bajo ($300). Muchos de estos productores están inclinando su interés en un negocio que está entrando en furor en la región basado en el cultivo de semilla de papa certificada, negocio que está siendo difundido por productores cuyas tierras en otras zonas de Boyacá han sido sobre explotadas.

 

Así la cosas, la economía de la zona que en algún momento buscaba generar ganancias ahora se limita a subsistir, y corre el riesgo de que solo quienes puedan adquirir grandes extensiones para la siembra de papa puedan hacer de la actividad agropecuaria una actividad rentable momentáneamente.

 

Esta acción colectiva no se generó en medio de un conflicto sino en medio de una coyuntura legislativa que intervenía en las actividades productivas y bajo la clara necesidad de consolidar un mercado dentro de un proceso de modernización persistente.

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