Caso documentado por Henry Ríos, 2014
Desde 2010 los cafeteros huilenses hoy son el país los principales productores del grano, protagonistas y gestores del nuevo eje cafetero colombiano. Actualmente, el Huila participa con el 16% de la producción nacional cafetera, mientras el tradicional eje cafetero pasó del 31% al 18% por ciento del total nacional.
Por ello, el paro cafetero de 2013 contó con la participación de todos los 37 municipios del Departamento del Huila. Los delegados del departamento del Huila realizaron la convocatoria e invitaron abiertamente a diferentes líderes gremiales, comunales y de asociaciones de productores. Luego de tomar la determinación de participar en el paro, se realiza la planificación de la movilización, nombrando líderes por municipio y por las cuatro regiones representativas del departamento (Oriente, Sur, Occidente y Centro) y, se establece la hora cero del 28 de febrero. Los municipios del Occidente y Norte se reunieron en el municipio de Palermo en la vía que conduce hacia Tolima y Cundinamarca en el sitio conocido como el triángulo; los municipios del Centro se ubicaron en la vía que comunica al Huila con Caquetá en el puente del río Suaza; y los municipios del Sur se concentraron en Pitalito en la vía que conduce al Putumayo. Estos sitios son de gran importancia histórica, económica, política, sociocultural y ambiental, debido a que son las entradas y salidas del departamento; allí se realizan todas las acciones contestatarias que han generado grandes logros y pérdidas en varias manifestaciones.
Para el traslado de los participantes de la movilización, los alimentos, utensilios y demás elementos requeridos y necesarios para soportar y mantenerse durante el tiempo en que duró la protesta, los líderes de cada uno de los municipios solicitó apoyo al comercio, los transportadores, el clero, organizaciones cívicas y demás entes que apoyaron la iniciativa con alimentos, elementos de aseo, utensilios para cocina, carpas, toldillos, cobijas y hasta prendas de vestir para los manifestantes.
Durante los doce días que dura la primera parte de la protesta, del 28 de febrero al 12 de Marzo de 2013, los cafeteros utilizan las vías de hecho, se ubican en las vías obstaculizando el paso de todo tipo de vehículos con excepción de los organismos de socorro (Cruz roja, ambulancias, Bomberos, Defensa Civil), lo que ocasiona que se produzcan enfrentamientos con la fuerza pública, Ejército y Policía Nacional. En todos los puntos de la geografía departamental donde se ubicaron las manifestaciones, se presentaron abusos de la fuerza pública especialmente con el ESMAD, quienes de forma indiscriminada atropellaron a los civiles, causaron agresiones físicas, produjeron detenciones, destruyeron cambuches y hornillas para la elaboración de los alimentos.
Mientras tanto, los integrantes de la mesa de negociación del departamento realizaban asambleas periódicas con representantes y delegados del Gobierno Nacional, Departamental y Regional con el propósito de avanzar en la discusión del pliego de condiciones. Con el apoyo de otros sectores el gremio de transportadores, sector educativo y la salud, se convoca a una mesa nacional en Pereira con altos funcionarios del gobierno nacional y los integrantes de Dignidad Cafetera. El 8 de marzo se firma el acta del preacuerdo; los delegados del Departamento del Huila regresan a las vías y en asambleas permanentes socializan el alcance de los acuerdos logrados. Finalmente el 12 de marzo se da por terminada la protesta y los manifestantes regresan a sus parcelas.
La Federación Nacional de Cafeteros, FEDECAFE, dejó ver por su parte que existen en su interior debilidades políticas en la dirección del gremio; la estructura actual del sector va en contravía de los propósitos de los caficultores y esta solo favorece a las políticas del gobierno. Los caficultores no se siente bien representados por el gremio, por el contrario, se sienten mal tratados e incluso contemplan la posibilidad de buscar una reestructuración general que permita que lleguen personas que conozcan e interpreten las necesidades del caficultor.