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Caso documentado por Renato Baldovino Guevara, 2009

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Los habitantes de la zona rural y urbana de Puerto Wilches, en Santander, en la margen derecha del río Magdalena, sufren de las inundaciones en las dos temporadas invernales año tras año. Aunque cada vez son más fuertes los efectos de la creciente no se han tomado las medidas pertinentes para contrarrestarlas y las que se han realizado han resultado insuficientes. En el mes de marzo de 20XXX un grupo de habitantes de la zona urbana exigió que no se les desalojara de un terreno que habían invadido en el casco urbano del municipio, como respuesta a los efectos de las inundaciones. Según la prensa: “algunos habitantes (…) protagonizaron contra la casa del alcalde del municipio (…) luego de que uniformados de la Policía se hicieron presentes para cumplir la orden de desalojo en una invasión. A las 10:00 a.m. llegó un escuadrón de uniformados, con el propósito de iniciar el desalojo. Sin embargo, cuando la comunidad residente en la invasión, que tiene el nombre provisional de ‘Nueva Esperanza’, se percató de que el Alcalde no llegó al lugar y que había abandonado la localidad, expresó su furia contra su vivienda. ‘El Alcalde fue permisivo con la gente de la invasión. Hace cuatro meses les dijo que podían construir, y ahora les mandó los antimotines’ afirmó un habitante de la zona, quien prefirió la reserva de su identidad. Sin embargo, la problemática de las invasiones, tiene su origen en los damnificados de la pasada ola invernal”. [1]

 

Cuando el alcalde estaba en campaña prometió a los habitantes de una zona marginal afectada por las inundaciones una reubicación en dichos terrenos. Los habitantes tomaron posesión del terreno prometido, el alcalde les animó a construir las casas con materiales resistentes y no de madera y les prometió los servicios básicos correspondientes. La orden de desalojo no se cumplió y los habitantes siguen en la invasión “Nueva Esperanza” que se encuentra a tres kilómetros del casco urbano. “Estamos dispuestos a ser reubicados pero en tierra firme no en un terreno en el que no hay alcantarillado ni agua potable. En las viviendas hay mujeres embarazadas y niños, no entendemos esta reacción ante un pueblo que sigue amenazado por el río”[2]

 

El Municipio de Puerto Wilches desarrolla grandes cultivos de palma de aceite y la mano de obra para atender las labores de mantenimiento del cultivo y su agroindustria se ubica en el área urbana, lo cual genera una demanda de vivienda que no ha sido resuelta por las administraciones municipales.

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