Con mucha visibilidad en los medios de comunicación y como parte del ejercicio de autonomía territorial indígena[1] la expulsión de ejército del cerro Berlín, por parte de la guardia indígena Nasa en Toribío, Cauca se dio el 17 de julio de 2012. “Dos son los argumentos de los indígenas para esta decisión: el primero es la ancestralidad que hace de este territorio un lugar sagrado y el segundo, los constantes enfrentamientos entre el ejército y la guerrilla que ponen en peligro la seguridad de la población. La población indígena del Cauca asegura haber sido vulnerada y violentada muchas veces tanto por las FARC como por el Ejército Nacional, argumenta que no pueden ser soberanos en su territorio si la fuerza pública irrumpe en él y usa la fuerza para disponer del territorio como lo desean. Así mismo, aseguran que la acción emprendida no solamente tiene el propósito de sacar al Ejército Nacional, sostienen que quieren expulsar a los grupos armados del territorio y esto evidentemente incluye a la guerrilla de las FARC. Finalmente la acción colectiva logró sentar un precedente y expulsar los militares que hacían presencia en la zona por algunos días pero, más allá, evidenció ante la opinión pública el carácter de territorio en disputa no solo por grupos armados sino por intereses de megaproyectos. Si bien esta acción colectiva logra tener un efecto, tras la lucha de varios días, en la expulsión del Ejército, es importante precisar que el territorio de Toribío fue de nuevo ocupado por el Ejército dos días después, no así el cerro de Berlín. El discurso oficial que manejó el Estado y al que se adhirieron algunos de los medios de comunicación de mayor envergadura, vuelca el análisis de lo sucedido a la posible infiltración de las FARC en las revueltas, razón por la cual la opinión pública se divide. Según declaraciones del comandante Alejandro Navas, “lo que quieren es que la Fuerza Pública salga para ellos quedar soberanos ahí. Todo está sucediendo por que las FARC quieren (caguanizar) el Cauca con el argumento de la autonomía indígena” (Periódico el Tiempo, 2012)