Caso documentado por Diego Montenegro, 2010
La falta de tierra ha llevado a los Nasa otros lugares del sur del país como el Medio Putumayo, municipio de Puerto Caicedo, vereda Canangucha. Allí, una pequeña comunidad de cerca de 35 familias, la comunidad indígena Nasa Kiwe ’kwe reclama la formalización de un territorio colectivo de algo mas de cinco mil hectareas, ocupado por casi cuatro décadas, para garantizar su supervivencia a nivel étnico, económico, religioso y cultural, articulados con otros grupos Nasa de la región que ya han obtenido el carácter colectivo de sus territorios. La zona en reclamación es también un corredor de comunicación de la guerrilla de las FARC, en donde hace fuerte presencia el Frente 32, quien ejerce el control y hace las veces de estado[1]. Existe también una base militar en un corregimiento cercano que se encarga de custodiar unos pozos petroleros de Ecopetrol. Aunque esta acción se viene desarrollando desde finales de la década del 90, en el año 2000 la Dirección de Etnias del Ministerio del Interior encontró irregularidades en el censo que la comunidad entrego a esta entidad, de manera que negó la solicitud de conformación como resguardo indígena (Ministerio del Interior, 2000). Ante esta situación, la comunidad ha venido trabajando para conseguir este reconocimiento con la entidad gubernamental encargada de este fin.
Esta área se caracteriza por ser una zona selvática, con predominio de la economía de subsistencia, cultivos de pancoger de plátano, yuca y maíz. La economía de la coca ha sido la que predomina en la zona como método de subsistencia, siendo el único cultivo rentable que en la región se produce, dadas las dificultades de comunicación que se presentan en la zona principalmente, por la falta de vías de acceso e infraestructura social básica que conecte la región con los mercados locales para la comercialización de los productos. Esta situación de aislamiento y nulidad en servicios básicos e infraestructura social, ha permitido que los grupos guerrilleros se concentren en la zona, facilitando el control del territorio por parte de estos, convirtiéndose en poder dominante en la región. Todos los poderes los concentran y ejerce este grupo armado, así como la administración de los recursos naturales y la explotación de los mismos; imponen multas por la cacería de animales salvajes, impuestos de diferentes tarifas a la explotación ganadera y al aprovechamiento forestal de la selva. En las escuelas se imparte educación permeada por este grupo armado, siendo además una fuente de reclutamiento para este grupo. La comunidad de Cananguchá mantiene permanentes conflictos con esta guerrilla.
Para esta comunidad la tierra es su razón de ser. Su vida ha estado ligada a la tierra en donde habitan y buscan mediante el reconocimiento del estado, legitimar la presencia que tienen en la región. Los indígenas que de alguna manera han actuado como colonos avanzando por la selva. Su propósito inmediato es el reconocimiento no solamente por parte del Ministerio, sino de las comunidades de colonos, campesinos y otros grupos indígenas como los Inga y los Awá, del carácter colectivo de su territorio, así como la propiedad comunitaria de este, de manera que puedan respetarse las decisiones que estos tomen al interior de este, el uso y aprovechamiento de los beneficios que la ley dispone para estos territorios y las comunidades que las ocupan. Habitualmente, participan de las mingas y marchas que las comunidades indígenas del Putumayo realizan en referente a la solicitud de tierras al gobierno central. Estas marchas se dan según programaciones de estas organizaciones, principalmente conforme a las programadas por los indígenas del Cauca, de donde procede este grupo indígena.