Caso documentado por Clara Inés Fory, 2013
Es una organización social conformada por campesinos y campesinas de la zona media de los municipios desde Florida, Pradera, Palmira, Cerrito, Ginebra, Guacarí, Buga, San Pedro, Tuluá Sevilla y Caicedonia. La idea surge en abril de 2003 en el marco del Congreso Nacional Agrario, en el cual participaron organizaciones campesinas, indígenas y afrocolombianas de todo el país y cuyas conclusiones se expresan en el Mandato Agrario. En noviembre de 2004, en un encuentro regional en Buga, se retomó la propuesta de conformar coordinaciones campesinas por departamento con 14 organizaciones de 4 municipios Pradera, Tuluá, Riofrio y Yotoco. El principal propósito de la CCVC es la búsqueda del reconocimiento de sus derechos políticos, sociales, económicos y ambientales dado que, históricamente, se han mantenido marginados de la vida política nacional. El reconocimiento implica acceder de los recursos del Estado, mediante inversión directa de las instituciones o mediante créditos, con canales de comercialización que les permita mejorar su situación económica, además del respeto por la vida, honra, cuidado y rescate de su cultura y de sus semillas. Otro propósito es la unificación del sector campesino constituido en el departamento por más de 540 mil, quienes en un alto porcentaje trabajan como también como jornaleros. En palabras de Fabio Agudelo, campesino de Buga, en la CCVC “siempre hemos incluido como eje importante el reconocimiento político del proceso de coordinación y dentro de ese reconocimiento político también, el fortalecimiento organizativo…hemos venido haciendo un diagnóstico de los principales problemas que tienen las comunidades y de ese diagnóstico por cada asociación en vereda ha salido el tema de la falta de tierras”[1].
La CCVC ha realizado y participado en diferentes acciones colectivas como la ocupación pacífica del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, INCODER, en Cali en el año 2007 que se dio por la desatención a demandas hechas desde 2006 para legalización y compra de predios y acceso a créditos y recursos para proyectos productivos. “Cuando se terminó la toma, que fue pacífica, porque nosotros somos gente buena y respetamos, nos reunimos en la marcha con los otros sectores, el barrial y estudiantil de la Universidad del Valle y fuimos hasta la Plazoleta del CAM, allá estábamos encerrados por los policías de negro”. Producto de esa toma lograron que la dirección nacional del INCODER enviara un delegado nacional para crear una mesa permanente de discusión entre los meses de noviembre y enero de 2008.
También participaron en la manifestación de rechazo a la construcción de la hidroeléctrica Unión Fenosa, municipio de Palmira, debido a los “impactos sociales, económicos, y sobre todo el desconocimiento de esta multinacional de nuestros derechos como campesinos en esta región”. En 2013 las organizaciones pertenecientes a la CCVC, están participado de los paros agrarios convocados a nivel nacional y se están movilizando principalmente desde Buga hacia Cali “por la biodiversidad, la soberanía alimentaria y la reforma agraria... luchamos por el derecho a la tierra, a trabajar dignamente y producir alimentos sanos para los pueblos de nuestra américa”.
La construcción de la CCVC se da a partir de sus interacciones internas así como también de interacciones externas, en particular con su participación en el Proceso de Unidad Popular del Sur Occidente Colombiano, la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca, ASTRACAVA, y Vía Campesina. También forman parte activa de la Mesa de Interlocución y Acuerdo Agraria y Popular, MIA, del Valle del Cauca.
Los principios de la CCVC se sustentan en “la defensa de la autonomía campesina, el principio de la igualdad en lo que obviamente se pueda obtener en una reivindicación y el principio de solidaridad para mirar como entre todos nos intercambiamos experiencias y nos ayudamos mutuamente para salir adelante”. Anualmente la organización establece Planes de Trabajo con ejes en lo político, lo organizativo, derechos humanos, educación, cultura y juventud, mujer campesina, producción y soberanía alimentaria, territorio - medio ambiente y finanzas. Tales planes se construyen en la Asamblea Departamental de la CCVC a partir de diagnósticos que construyen en cada uno de los municipios y son un escenario de interlocución entre sus miembros y de toma de decisiones. “En relación con el Estado, hemos tenido, varias situaciones de tensión que han implicado los procesos de reivindicación, en primera instancia buscando hacerse visible ante las instancias estatales regionales, y planteándole a la gobernación del Valle crear un espacio de mesa campesina” dice uno de sus dirigentes.