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Caso documentado por Roberto Guerra, 2011

La expedición de la resolución 970 del 10 de Marzo del 2010 por parte del Instituto Colombina Agropecuario (ICA), la cual es responsable de adoptar las medidas necesarias para hacer efectivo el control de la sanidad animal y vegetal, la prevención de los riesgos biológicos y químicos, así como la de ejercer el control técnico de la producción y comercialización de los insumos agropecuarios y semillas para siembra que constituyan un riesgo para la producción y sanidad agropecuaria, constituyó parte del argumento para controlar la comercialización de semillas comúnmente llamadas de costal, que para el ICA son potencialmente peligrosas para la sanidad vegetal, pero las semillas son un patrimonio colectivo de los pueblos, resultado del trabajo conjunto y acumulado de cientos de generaciones de agricultores que las han domesticado, conservado, mejorado, criado, utilizado e intercambiado desde épocas ancestrales, para que ellas sigan siendo el legado alimentario de las presentes y futuras generaciones, esta ley no concibe la idea de que el campesino es para la semilla nativa como esta es para el campesino y aumenta más el hambre y la desesperanza en los guardianes que ven como le arrebatan su tesoro.

 

En esta resolución el ICA presento el objetivo donde argumentar la necesidad de la normatividad: “Reglamentar y controlar la producción, acondicionamiento, importación, exportación, almacenamiento, comercialización, transferencia a título gratuito y/o uso de la semilla sexual, asexual, plántulas o material micropropagado de todos los géneros y especies botánicos para siembras de cultivares obtenidos por medio de técnicas y métodos de mejoramiento convencional, incluyendo dentro de estos, la selección de mutaciones espontáneas o inducidas artificialmente y por métodos no convencionales como los organismos modificados genéticamente a través de ingeniería genética, con el fin de velar por la calidad de las semillas y la sanidad de las cosechas”. Lo que para muchos atenta contra la autonomía sobre la tenencia de las semillas criollas y la identidad campesina e indígena.     

 

En este contexto; agricultores, agricultoras, técnicos, coordinadores e integrantes de comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinas, Pastorales Sociales, ONGs y ejes del desarrollo rural del país, consideraron que esta resolución atenta contra la soberanía alimentaria de los pueblos, por lo tanto han considerado importante el rescate y uso de las semillas criollas, promover la comercialización y consumo de granos y productos alimenticios que de ellas se derivan, rescatando a la vez la cultura alimenticia sana heredada por nuestros abuelos y abuelas, como parte importante de la Seguridad y Soberanía Alimentaria de nuestros países. En este mismo sentido se considera a las semillas como patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad, además,  se pretende incentivar la recuperación y conservación de los conocimientos ancestrales asociados (vinculados) a la biodiversidad resguardados por comunidades indígenas, campesinas y afros; y garantizar que las semillas criollas y los conocimientos ancestrales no sean privatizados mediante patentes, en tanto son patrimonio de la humanidad y son parte fundamental para alcanzar la soberanía alimentaria y mantener la diversidad biológica y cultural (Semillas de identidad: 2010).  

 

Dentro de las poblaciones con mayor fuerza en la defensa de esta iniciativa están las comunidades indígenas Zenúes, que poseen una fuerte tradición agrícola, por lo cual en su territorio existe una amplia diversidad de cultivos que sustentan su soberanía alimentaria y su cultura. Actualmente han logrado recuperar, conservar y cultivar más de 26 variedades criollas de maíz y poseen una amplia cultura culinaria a base de este alimento sagrado; es por ello que se consideran “hijos del maíz”.


Desde hace cerca de 10 años varias comunidades y organizaciones indígenas de la zona vienen realizando actividades de recuperación y manejo de las semillas criollas y de los sistemas de producción tradicionales y agroecológicos, y en el 2001 junto con otras organizaciones de la región Caribe se inició la campaña “Semillas de Identidad”, por medio de la cual se ha venido promoviendo el rescate de la diversidad de maíces criollos y de otras semillas, incluso para el año 2005 se declara el territorio del resguardo de Sucre como zona libre de Transgénicos, donde sus habitantes hacen recuperación de su cultura a través de la apropiación de las semillas que alguna vez sus ancestros domesticaron y que hoy día se retoma como el vínculo que existe entre el ser humano y la naturaleza.


El centro de diversidad del maíz de la región Zenú está ubicado cerca de la zona donde se establecen los cultivos tecnificados de maíz en la región Caribe y es allí en donde el gobierno y las transnacionales semilleras quieren introducir inicialmente el maíz transgénico. Desde que se inicia en Colombia la aprobación de los cultivos de semillas transgénicas. Comienza la preocupación por lo que pueda suceder con las semillas criollas, especialmente con los maíces y las consecuencias económicas y legales en que se puede incurrir por sembrar cerca de cultivos transgénicos.


Por todas esta situaciones que gira en torno a las semillas criollas, por su conservación y custodia de parte de familias campesinas e indígenas, se constituye en una violación directa que atenta contra el derecho a la alimentación, es así, que se convierte en una opción de la Diócesis de Sincelejo y su Secretariado de Pastoral Social – Diakonía de la Paz, en promover espacios de participación que generen propuestas de solución a la problemática que atraviesan las familias pobres, que en Colombia están ubicadas en su mayoría en las zona rural y periurbana, en lo que tiene que ver con el acceso y consumo de alimentos y el derecho al que tienen estos pueblos a conservar y mantener las semillas nativas, para mitigar esta situación tan compleja. Por lo cual el 18 de Octubre del año 2010 se conmemoro el día mundial por el derecho a la alimentación en Sincelejo – Sucre, con el lema “la alimentación un derecho inaplazable para los pueblos” esta actividad que contó con la participación de delegaciones de organizaciones sociales, campesinos, indígenas, afros, de diferentes municipios del departamento y la institucionalidad publica, donde los asistentes fueron convocados teniendo en cuenta su trayectoria en la defensa de este derecho y para aunar esfuerzos en la lucha pacífica por el mismo, a través de la sensibilización y la concientización del colectivo sabiendo que en América Latina y el Caribe, según la FAO, la Región del mundo que más alimentos produce, 52,4 millones de personas se levantan y se acuestan con hambre: lo que significa que uno de cada diez habitantes no puede satisfacer sus necesidades alimentarias. Más de 4,1 millones de niños y niñas de nuestra Región presentan bajo peso, y más de 9 millones sufren de desnutrición crónica o retardo del crecimiento, perjudicando las posibilidades de desarrollo de futuras generaciones, de sus familias y de la sociedad en su conjunto.

 

La idea de realizar esta iniciativa se gestó en el encuentro donde se redactó la declaración colectiva de las semillas criollas durante el encuentro del 4 al 10 de julio de 2010 en el departamento del Meta, donde diferentes formas de pensar y de ver la realidad, se dieron a la tarea de fomentar espacios de reflexión y participación en cada una de las regiones de origen, como son; indígenas, organizaciones sociales, Pastorales Sociales, campesinos y sus organizaciones, entre otras, que sensibilizadas y consientes de la problemática, se disponen a sentar un precedente en favor del cuidado de esta tesoro invaluable patrimonio de la humanidad y que se está perdiendo, sin mencionar que es muy importante de  esta actividad fue el llamado que se hizo al gobierno nacional a través del ICA organismo encargado de la regulación del sector agropecuario para que se incorpore dentro de este proceso, con el fin de incluir dentro de las políticas de estado el tema de las semillas criollas. “No se trata solamente de rescate y conservación, sino de mejoramiento participativo de las semillas criollas, con el fin de poder encontrar canales de comercialización y mercado, buscando un valor agregado a estas semillas, ya que el 60% aproximadamente, de las semillas que se intercambia son criollas, por lo tanto, se necesitan normas que la proteja.

 

Con esta acción colectiva se buscaba: fortalecer el trabajo que se viene realizando por la defensa de las semillas, a través de la articulación de los diferentes actores que lucha por esta noble causa. Visibilizar y reflexionar sobre lo que implica la resolución 970 del 2010 para la manipulación de Semillas criollas por particulares y por ultimo sensibilizar a la sociedad colombiana y específicamente a la sucreña sobre la magnitud del problema de hambre y reconocer que esa problemática está generalizada y que este departamento posee un alto porcentaje por falta de acceso a alimentos y desnutrición. El evento se planteó en tres momento uno fue el de la reflexión a partir de la argumentación de las propuestas tanto de la sociedad civil participante como de la institucionalidad, el segundo momento, desde la reflexión de la problemática con cuadros vivos, que ilustraban la situación actual de hambre que padecen las personas del campo y la periferia de los centro urbanos y además la imposibilidad de utilizar sus semillas como medio de subsistencia para mitigar el hambre por ir en contra de la normatividad vigente, este momento se realizó en la afueras de las instalaciones de la Gobernación del Departamento de Sucre, Siendo esta zona un sitio estratégico por el alto número de personas que transita y estar en una zona comercial del municipio de Sincelejo, esta situación nos permite llegar a esas personas que no están concientizadas o que ignoran la grave situación de hambre que padecen nuestros niños y niñas en nuestro departamento, sin mencionar la dificultad que se traslada a las semillas criollas, por el mercado comercial que cada vez es mayor. Esta radiografía de la realidad de miles de compatriotas nos permite sensibilizar a los que transiten por el lugar o en cuyo caso por lo menos que se pregunte qué está pasando. En el tercer momento se desarrolló un plantón, desde las instalaciones de la Gobernación nos trasladamos a las instalaciones de los Medios de Comunicación escritos los periódicos que hacen presencia en Sincelejo y Montería, El Meridiano de Sucre y El Propio. En este espacio al igual que en los dos primeros momentos, participaron indígenas, campesinos y la iglesia católica, se trajeron especies de semillas criollas autóctonas de varias regiones y las que  han sido rescatadas, entre ellas las de maíz y frijol, se colocó cada una de las variedades a la vista de todos para que visibilicen la gran riqueza biodiversa que tienen nuestros campesinos y sobre todo los indígenas, estas semillas resalta la identidad cultural que tiene este elemento para las personas con vocación agrícola y la importancia que tienen para su seguridad alimentaria, con este momento se pretendía llegar y lanzar una voz a través de los medios de comunicación que hagan eco sobre las masas sobre la problemática alimentaria y como se pretende abordar desde el mercado y no desde la gente, primando el dinero y no la vida.   

 

 

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