Caso documentado por Marilyn Muñoz, 2010
ASPACODI, es un ejemplo de acción colectiva que inicia en el año 1999, como resultado de la unión de un grupo de mujeres campesinas, quienes buscaron alternativas de solución para la problemática de desempleo en sus familias, haciendo aprovechamiento de los recursos propios materiales como la tierra, e inmateriales, como los conocimientos y el aprecio por el campo. Las fuentes de empleo del municipio de Sesquilé se basan en la agricultura comprendida en pequeños productores agropecuarios de cultivos de papa y producción de leche para grandes empresas comercializadoras de lácteos; el comercio y el empleo formal se basa en empresas floricultoras e industriales acompañan también las formas de trabajo de la región.
Finalizando los años 90, debido a la apertura económica, la producción agrícola decae considerablemente y se fortalece la empresa floricultora, convirtiéndose esta en la principal alternativa de empleo de la región; muchos campesinos dejaron sus parcelas buscando un ingreso fijo mensual para el sustento de sus familias y se aventuraron en la inestabilidad y condiciones precarias de la empresa floricultora, que con bajos salarios, extensas jornadas de trabajo y riesgos laborales, constituye hasta hoy, la principal fuente de empleo en toda la sabana de Bogotá.
En 1999 un proyecto promocionado por la Alcaldía Municipal de Sesquilé en cabeza de la UMATA, tuvo como objetivo organizar a un grupo de campesinos, quienes debían disponer del capital tierra para la puesta en marcha de varias granjas autosostenibles y de producción orgánica. A dicha convocatoria llegaron aproximadamente 80 campesinos de todas las veredas del municipio, con el imaginario de recibir donaciones, pero este número disminuyó notablemente al conocer que las condiciones de dicho proyecto no garantizaban las mejores condiciones para los asociados, quedando un grupo de 30 personas (70% mujeres).
Es así como a finales de 1999 se dio inicio a la realización de este proyecto, liderado por la entonces jefe de la UMATA. El primer paso consistió en conformar mesas de trabajo por veredas e identificar un líder de cada vereda, encargado de promover y verificar los procesos en cada unidad productiva organizada. Antes de iniciar el proceso productivo, fueron necesarias varias sesiones de capacitación en el modelo de agricultura orgánica, en donde muchos terminaron abandonando el proceso, unos por escepticismos frente a esta nueva técnica agropecuaria, y otros por no disponer del tiempo necesario para asistir a las capacitaciones.
Luego de adquirir la capacitación, y pasar por un proceso de implementación de las granjas autosostenibles, la Alcaldía Municipal consideró que su tarea estaba concluida, abandonando el apoyo que inicialmente se les había proporcionado. En ese momento, los beneficiarios quisieron que este no fuera proyecto más de la Alcaldía, sino que decidieron asociarse para que organizados como grupo, pudiesen adquirir más beneficios y alejarse de los fines políticos, puesto que ya se tenían los elementos básicos para seguir adelante.
Es así como en el año 2003 se constituyó legalmente ante la Cámara de Comercio de Zipaquirá (Cundinamarca) una asociación de campesinos llamada ASPACODI (Asociación Pequeños Productores Agropecuarios y Comercialización directa de sus productos de Sesquilé), que aunque ya no era un proyecto de la Alcaldía municipal, contaba con el apoyo de la jefe de la UMATA, quien había liderado dicho proceso. Esta organización tomó fuerza siendo un grupo representativo, con grandes perspectivas de crecimiento; entre los años 2003 a 2008, algunos integrantes de la asociación se retiraron por falta de tiempo, pero en ese mismo sentido llegaban más personas con el interés de hacer parte del grupo, hasta convertirse en una asociación de sólo mujeres, quienes con el fin de aportar económicamente para el sustento de sus hogares se unieron a esta causa, obteniendo grandes logros como la promoción del primer mercado campesino de la historia del municipio de Sesquilé.
Luisa María Bernal ha acompañado desde 1999 hasta hoy este proceso, y es considerada líder dentro de ASPACODI, en donde actualmente es Tesorera. “ASPACODI, inicia como un proyecto de la alcaldía y fue tomando fuercita hasta convertirse en un grupo muy organizado y líder. Al comienzo éramos hombre y mujeres, pero poco a poco fuimos quedando sólo mujeres, quienes teníamos como sueño no dejar de ser lo que somos: campesinas, responsables por nuestros hijos y capaces de ayudar con algo para la casa. Con la Doctora Aura Sogamoso, en ese entonces Directora de la UMATA, logramos muchas cosas entre esas el compromiso con el grupo y el mercado campesino, que consiste en llevar a la plaza de mercado, los productos de las socias del grupo un Domingo al mes, con el fin de darnos a conocer, vender nuestros productos y atraer turismo para que no pasara derecho para Guatavita sin conocernos…Al inicio los mercados eran grandes además de los productos habían juegos de rana, tejo, lechona, y hasta chicha; nos iba muy bien. Estos productos siempre son más costositos, pero la gente se da cuenta de la calidad y de la diferencia y los sigue comprando. Recientemente algunas de las socias han perdido un poco el compromiso, pero yo creo que es por falta del apoyo de la UMATA y del municipio, ya que desde que se fue la doctora Aura, hemos estado un poquito desorganizadas, se han mermado los productos en los mercados, y ya no son como antes.”
Un factor importante de motivación para estas mujeres es mantener su identidad y demostrar el valor que lleva implícito ser una mujer campesina, que tiene iniciativas para sentir que contribuye a su familia y a una sociedad. Luego de un periodo aproximadamente de dos años en donde dicha organización tuvo la tendencia a estancarse, reaparecen nuevos retos y las necesidades que las motivan a seguir adelante. Es así como la actual presidenta Luz Marina Rodríguez, viene adelantando gestiones para reactivar el mercado campesino que ha sido abandonado, y ha logrado conseguir de nuevo insumos y abastecimientos para reactivar sus unidades productivas a través de la UMATA.
Uno de los logros más importantes, tuvo lugar a finales del año pasado, donde se logró, por medio de la gestión de la UMATA, que el municipio adjudicara un lote en calidad de préstamo a la Asociación, para que concentraran allí las actividades agrícolas de siembra de hortalizas, quinua y maíz. Este fue un factor para que otras mujeres se unieran a la Asociación y pudieran participar en este proceso, generando integración, solidaridad y auto empleo. La Asociación cuenta actualmente con factores diferenciadores en sus productos que aumentan las posibilidades de crecimiento, pero al mismo tiempo temen no estar bien asesoradas y perder su trabajo y esfuerzo por falta de orientación. Frecuentemente buscan apoyo en la UMATA, como ente gestor del proyecto, y tienden a tener cierta dependencia hacia dicha organización, lo que las hace vulnerables ante los cambios administrativos en cada administración municipal.