Acsomayo reúne a 14.000 habitantes, incluyendo 5 comunidades indígenas,  reunidos en 52 veredas y sus juntas de acción comunal en el cordón fronterizo Puerto Vega – Teteyé, del Municipio de Puerto Asís, Putumayo. “Son tres las movilizaciones históricas que se han ejecutado. La primera en el año 2006, obedeció al asesinato de Bastidas, un líder importante de la región fronteriza y donde los habitantes del sector deciden movilizarse y defender la vida con la vida. La segunda, en el año 2009, tiene el propósito de aunar voces en contra de las fumigaciones y erradicación de los cultivos de coca por los graves impactos ambientales, sociales, económicos y culturales generados por la aspersión con glifosato y la violación a derechos humanos. Y, finalmente, en el año 2011 se realiza una movilización con el objeto de impedir la extracción y explotación de los pozos petroleros ubicados en el sector fronterizo debido al gran impacto negativo ambiental que ha desencadenado la actividad petrolera. El Pliego de Peticiones que recoge las demandas centrales de campesinos e indígenas son los siguientes y que permite identificar cómo la mayor parte de éstas se deriva de la guerra son las siguientes[1]: i) El cese definitivo de la guerra y de toda su infraestructura bélica. ii) Sacar a los civiles del conflicto armado y plena vigencia de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, eliminando los actos violentos contra la población civil. iii) Desactivación de las minas anti persona que en lo corrido del año han provocado cerca de 50 víctimas entre niños, estudiantes, mujeres y ancianos. iv) Regulación democrática de la minería y suspensión del Distrito Minero Putumayo que corresponde a todo el medio y bajo Putumayo, pues impide la titulación de tierras a campesinos e indígenas, porque, todo se le ha entregado a las multinacionales de la draga y la explotación a cielo abierto con directa afectación del medio ambiente amazónico. V) Suspensión de las fumigaciones con glifosato que daña los cultivos de pan coger e ignora la reducción real de los cultivos de coca (1000 hectáreas después de que existían 10 mil), particularmente en Piñuña Negro, Piñuña Blanco, San Miguel, Puerto Nuevo, Puerto Asís y Teteyé. Vi)  No a la desaparición forzada, a los falsos positivos del gobierno, a las masacres, a las torturas, a los atropellos de la tropa estatal en confabulación con los paramilitares reactivados desde los batallones en las localidades de Villa Garzón, Santiago y Teteyé. Vii) Ampliación de la inversión pública en salud, educación, vías, servicios públicos, empleo, recreación e infraestructuras sociales. viii) Castigo a la corrupción de la clase politiquera liberal/conservadora del gobierno que manipula a su amaño los recursos estatales para enriquecer familias y clanes de contratistas”. En el marco de un conflicto que se mantiene muy activo y presente en la vida de los pobladores, las conversaciones de paz en la Habana son vistas con gran escepticismo, pues “la guerra no desaparecerá de estas regiones mientras siga siendo lucrativa”.